Alberto Florentino Aguilera-Alvarado (Foy) (2 de junio de 1955-28 de abril de 2021) El Comprometido y Apasionado Profesor Universitario, el Gran Amigo y el Gran Ser Humano

Resumen

El día doce de marzo pasado, recibí un correo electrónico urgente de dos estudiantes de quienes fui tutor académico, en el que me pedían les autorizara su baja de la materia de ingeniería de reactores, en virtud de que su profesor, se había despedido de ellos “en línea” pues solicitaba licencia en virtud de requerir atenderse médicamente, pero prometiendo volver, aún y cuando, como lo intuimos quienes le conocimos, el haber tomado esa decisión fue por encontrarse al límite de sus fuerzas. Los estudiantes por consecuencia requerían dar de alta la materia con un profesor sustituto. Me alarmé de inmediato y les pregunté si su profesor era el Dr. Alberto Aguilera, lo que respondieron afirmativamente. Dada la gran cercanía en el trabajo y sobre todo la gran amistad que nos ha unido, con toda la confianza, me comuniqué telefónicamente con él y me confió de un problema serio de salud que se había agravado en los últimos meses y que a partir de los resultados de unos delicados estudios a los que debía someterse, había decidido solicitar licencia a los cursos que impartía en licenciatura y posgrado de ingeniería química. Recibí un fuerte impacto, pues en esa charla de manera rápida, rememoró con nostalgia, pero con firmeza, muchas vivencias que tuvimos oportunidad de compartir y, desde ese momento, tal vez empezó a estar consciente de que su tiempo se acortaba. Su esposa la Dra. Irene me compartió que “enfrentando estoicamente su destino, cuando el médico oncólogo le explicó que nada se podía ni había que hacer y preguntándole si entendía lo que significaba, Foy le respondió ‘Doctor, conozco de cinética y sé en qué fase se encuentra la cinética de mi vida’ … ”